No cabe duda, el EDUCATIVO es un sector muy difícil, en continuo CAMBIO, tanto administrativo como social, lo cual lo convierten en un sector que ciertamente demanda una alta flexibilidad profesional. Se trata de un sector con una formación inicial psicopedagógica y emocional muy mejorable y, si a todo lo anterior, le añadimos el escaso reconocimiento de la función docente por parte de la sociedad en general y las administraciones en particular, convierten la EDUCACIÓN (con mayúsculas, la de calidad), en un RETO enorme.
Es claro que en el proceso de CAMBIO del actual paradigma educativo intervienen 4 grandes actores o subsistemas: administración, alumnado, familias y profesorado. Este último protagonista somos nosotros, los docentes, quienes por nuestro radio de acción y por tanto, gran responsabilidad en liderar dicho CAMBIO, nos debemos servir continuamente de la herramienta más eficaz que tenemos a nuestro alcance: la FORMACIÓN DEL PROFESORADO. Y es que no hay otro OBJETIVO, sino la eficacia y eficiencia laboral.
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La formación continua del profesorado es la mecánica ideal que toda bicicleta necesita para dar la mejor versión de sí misma, el mantenimiento que la hace excelente.
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