«Largo es el camino de la enseñanza por medio de teorías; breve y eficaz por medio de ejemplos»
Lucio Anneo Séneca
Veamos,
estaréis de acuerdo conmigo en que tenemos una amplia paleta de metodologías, llamadas activas, para articular nuestras sesiones, pero…
¿existe algún consejo o pautas de actuación comunes a todas ellas, independientemente de la que elija, que debiera seguir para no morir en el intento? ¿Cómo aplicar las metodologías activas, más allá de su propia estructura o dinámica?
Si estas son algunas de las preguntas que te haces estás en el sitio adecuado, en el momento justo.
Antes de nada, una consideración: Si piensas que alguna de las anteriores citadas se trata más que de una metodología activa, de una estrategia – herramienta de gestión – planificación – de dinamización – modelo de instrucción – de articulación, etc. estoy totalmente de acuerdo contigo.
Todas ellas tienen el denominador común de que centra al alumno como protagonista de su propio aprendizaje, como sujeto activo de los procesos de enseñanza-aprendizaje.
Activo y no pasivo, como en las sesiones magistrales, las cuales seguirán siendo necesarias en su adecuado momento y justa medida.
Por ello quiero compartir contigo unos consejos o reflexiones que, personalmente, me vienen muy bien tener en cuenta a la hora de trabajar por proyectos (por ejemplo), incluso refrescar con frecuencia a la hora de planificar el trabajo de aula.
Empecemos…