No cabe duda que un aspecto relevante de nuestra función docente es la burocracia, el «papeleo», aunque sea una parte poco amigable, probablemente la menos popular de nuestros cometidos.
Sin embargo, estas tareas confieren oficialidad, quizás rigor y, por ello, profesionalidad a nuestro trabajo, si bien es cierto que únicamente llevar con rigor y de forma meticulosa estas tareas no nos convierten en grandes maestros, ¿verdad que no?
En la búsqueda de la simplificación y pragmatismo de estas tareas me encuentro, dándole vueltas y contrastando opiniones con compañeros de mi Centro. La verdad que siempre hay discrepancias y opiniones diversas, todas ellas interesantísimas para su análisis… En mi caso personal, al proceder del mundo de la Arquitectura y especializado en Ejecución, una de mis «manías» es la optimización de los procesos en su realización, llevar el lema del célebre arquitecto alemán Ludwig Mies van der Rohe «Menos es más» al aparato burocrático de la Educación sin que pierda esencia pero ahorrando tiempo y esfuerzos en tareas «superfluas» para disponer de él y centrarnos en las personas, nuestro alumnado.
Docentes más humanistas, docentes más procedimentales, formales, equilibrados… seguro que hace tiempo que reflexionaste acerca de tu estilo profesional.
¿Cuál sería tu opción en la gestión de un Parte de falta leve y/o grave?
Compártela en los comentarios más abajo, seguro que todos aprendemos de ella. Yo el primero, así que… ¡muchas gracias!
OPCIÓN 1

OPCIÓN 2
